lunes, 20 de abril de 2009

Y yo sigo aqui



Ante los comentarios sobre este texto, me parece infantil recordarlo pero igual que el actor sólo representa la persona que escribe sólo escribe.

Era mi tercera cerveza. A partir de ahora, el resto de la noche iría detrás de mis instintos sexuales. Ya no sería yo, seria yo detrás de cualquier coño que pasara lo suficientemente cerca. Uno no es consciente de cuando pasa el límite, pero de repente todo te importa una mierda. Bailas alrededor de cualquier mujer, ofreces, te ofreces, tomas, bailas, vuelves a ofrecer y vuelves a tomar. Ya sólo piensas en tomar, tomar un coño, tomar una copa, tomar cualquier cosa que se deje o que puedas comprar. Qué fácil es tomar. Tomas vidas , juegas con ellas, dejas que jueguen con la tuya, y todos juegan y toman. Toman almas, toman gestos, toman de todos. Tomemos. Y sigo en la misma habitación, ofreciendo y ofreciéndome. Pero ofreces lo que no eres porque no eres tú o quizás sí que eres tú y en verdad no te ofreces, en verdad te vendes. Te vendes pagando, porque siempre es pagando. Y piensas si todos los hombres son iguales, y por un momento te brillan los ojos pensando que no , qué barbaridad pero sabes que si, así es y así será. Siglos de progreso sólo son unas tristes y finas esposas, que no resisten tres cervezas. Y en esas esta la humanidad, disfrutando.

Una habitación vacía

No hay comentarios:

Publicar un comentario