lunes, 31 de agosto de 2009

Sin noticias de Dios II


by Matus


Jesucristo se puso pesado en la puerta. A los porteros no les quedo más remedio que darle una paliza. Ha jurado que esos dos no pisarán el cielo.
Satanás, en un gesto de apoyo, ha emitido una nota de prensa diciendo que esos dos tampoco pisarán el infierno.
Ahora los porteros están redactando una carta al papa. Le preguntan si la encíclica en la que comunicaba que el limbo no existía iba en serio.

jueves, 27 de agosto de 2009

Sin noticias de Dios

chicken wings by Magnus

Jesucristo ha venido a buscarme. Por suerte, los porteros de la discoteca no le dejaron entrar. Este año no se llevan las sandalias.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Reunión de pastores, ovejas muertas. Penúltimo capítulo.

Fotografia: Terry Richardson


La Mari estaba en la cama. No fue difícil fingir que se tomaba la medicación. Hoy era viernes. Hoy tocaba flujo. Tocaba violación. Estaba preparada. Sexo consciente. Por la mañana se había depilado. Que fuera a ser violada no significa que no tuviera su corazoncito. A saber con qué pelos la habría visto el director. Sobre las doce oyó a alguien que se acercaba. Cerró los ojos. Escuchó cómo se abría la puerta. La moqueta amortiguó el ruido del cinturón al caer junto con el pantalón. Notó unos dedos en la boca. Tuvo que contenerse. Las sedadas no chupetean dedos. Mari no se había puesto bragas. El dedo entró sin oposición. Sin florituras, pero efectivo. El director consumó la violación cuando, a su entender, la Mari estaba lo bastante dilatada como para no dejar marcas. La Mari, en cambio, echó de menos el lubricante. A la tercera embestida el cuerpo inerte de la Mari recobró toda su fuerza. Toda la fuerza que pueda tener una señora de setenta y tres años. Y sujetándole con las piernas lo atrajo hacia ella diciendo: - Cabálgame, cabálgame jinete. Dale caña a este cuerpo serrano-. El director chilló e intento zafarse como los cangrejos. Fue a dar con el suelo.
La Mari reía – ven con mami, yogurcito- decía entre risas. La puerta de la habitación se abrió. Aparecieron seis viejas con Néstor. Entraron y cerraron la puerta.
-Que no les engañe mi polla, esto no es lo que parece- dijo el director, buscando su dignidad por la habitación. De la dignidad ni rastro.
-Bien, pues explíquese – replicó Helena.
- La verdad, la verdad… Eso es, sí, soy sonámbulo. Estoy tan sorprendido como vosatras.- balbuceaba el director.
- Pues, entonces, si usted es sonámbulo, eso lo explica todo. No tiene ninguna responsabilidad. Estaba usted dormido. No era consciente de sus actos.
-Bien, me alegro que todo se haya aclarado. Váyanse a dormir y mañana será otro día- se despidió dirigiéndose a la puerta.
-Espere, señor director ¿sabe por qué le entendemos? Porque nosotras también somos sonámbulas.- La sonrisa dejó al descubierto una dentadura perfecta. De esas que por la noche dejas en remojo.
Néstor aprovechó el desconcierto del director para golpearle con una porra en la nuca. Por unos segundos perdió el conocimiento. Antes de darse cuenta lo habían colocado ante la mesa. La cara pegada al tablero. El culo en pompa. Atado.
-Néstor, saca los juguetitos, que hemos venido a divertirnos- dijo Helena.
Néstor sacó siete consoladores con cinturón. Las viejecitas parecían niñas. Daban miedo.
-Yo la primera, que llevo un buen calentón – chilló la Mari.
-¡Qué vais hacer, perras!- aullaba el director. No paró de gritar, llorar y gemir durante los siguientes veinte minutos. Obviaremos sus diálogos de aquí en adelante.
La Mari se ajustó el cinturón y fue a matar. Estocada certera. Ninguna compasión. Antes de violarlo le plantó un bote de vaselina delante de la cara.
-Así la próxima vez que mantengas relaciones sexuales, te acordarás de utilizar lubricante, mamón- le escupió en palabras la Mari. La Helena fue la segunda. La sangre empezaba a ser abundante. Hasta la quinta, La Lourdes, nada significativo: más sangre, más sollozos. Sentían una macabra espiral de deseo. Cada vez más a saco. Con la sexta, la Pepa, fue un poco más complicado. Una operación de cadera. El palo del mocho sirvió como miembro. No tiene venas de silicona pero duele igual. Las compañeras le movían la silla de ruedas hacía atrás y hacía delante. La muy cabrona le destrozó por dentro. La séptima se negó, dijo que eso no era un ojete. Que no sabía lo que era pero que eso ya no era un culo.
- Tienes que matarlo, Néstor, así es como quedamos. No te sepa mal, mira como está, le harás un favor.

viernes, 21 de agosto de 2009

Reunión de pastores, ovejas muertas. Capútlo VII


Aún desconcertado salgo de debajo la cama. Busco en los cajones. Cojo un calcetín. Con un movimiento rápido le tapo la boca mientras con la otra le sujeto el cuello. Shhhhhhhhhhhhhhh. - Si eres buena no va a pasar nada -. La tiro al suelo sujetándola por el cuello. Me permito esta maldad, son años de ver cine. Ella está aterrorizada. Yo también. Cojo una silla y se la planto en el cuello. Me siento.
-A ver señora, esto va a ser complicado... Yo he venido a asesinarla-
Espero a que se mee encima y sigo hablando.
-El problema es que ha sucedido algo que me impide matarla sin contárselo antes. Supongo que querrá conocer la historia completa, long play. Bien, mi vida ha transcurrido sin logros, ni tachones significativos, ha sido una vida que a cualquier persona podría parecerle gris. Sin embargo para mí era plena, sin grandes decisiones ni problemas. Hasta que un día se me hizo pequeño el piso. Sin quererla marear, le diré que la decisión que tomé, una vez sopesadas todas las opciones, era matar a mis vecinos. Pero su muerte me podía traer complicaciones. Solución: crear un psicópata asesino e incluir el asesinato de mis vecinos en la espiral de muerte del psicópata.-
-La primera victima era usted- ya no veo miedo en su mirada, más bien cierta admiración.
“Podría el cabrón haberme matado mientras dormía ”, pensaba la vieja.
-Creerá que soy un hijo de puta por explicarle todo esto antes de matarla. Pero es que esa circunstancia lo ha cambiado todo: mientras yo estaba en la habitación ha entrado un señor y la ha violado. Un hombre con un tatuaje de serpiente en la pantorrilla.-
-Abb, abb, abbbbbb- dijo la vieja.
Le saco el calcetín de la boca. Empezaba a caerme simpática la vieja.
-Vayamos por partes. Lo del asesinato lo dejaremos para el final, si me lo permite, joven. A ver, yo lo único que puedo comprobar es que me ha despertado en plena noche, a pesar de la medicación, violentamente. No obstante el director de la residencia lleva un tatuaje en la pierna. ¿Tiene alguna prueba que sustente unas afirmaciones tan graves? -dijo la vieja con un tono que sólo una persona de mundo y acostumbrada a lidiar con la vida podría utilizar en una situación como ésta.
-Vayamos por partes, yo la podría haber matado ya. ¿Qué gano yo metiéndome en medio de una violación? Dígame ¿qué gano? ¿Eh?¿eh?.
-Joven, algo me hace suponer que usted no carbura del todo bien. Por eso quiero asegurarme.
-Bien, es sólo una intuición. Ya que tengo un cuchillo en la mano supongo que aceptará una orden. Tóquese el coño.
-¡¡¡Joven!!!- le recrimina la vieja.
-De acuerdo, tóquese la vulva. Y acuérdese de que el psicópata con cuchillo soy yo-. Espero unos segundos- ¿Ve?, a no ser que usted saque mocos por coño alguien se le a corrido dentro.-¿Me cree ahora?- le dije satisfecho.
-Eso explica, porué los miércoles segregaba flujo. Nunca el ginecólogo supo darme una explicación. Y los jueves la Mari. Y los viernes la Puri... El ginecólogo pensaba que le tomábamos el pelo. Habló de una conspiración de chifladas. ¿Flujo un día a la semana? Preguntaba con sarcasmo.
Bien, esto es lo que vamos hacer: si no recuerdo mal, me parece haber leído en Internet el capítulo I de esta historia. Usted se jactaba de ser muy pragmático, exactamente decía "funcional".
Helena, así se llamaba la vieja, le explicó el plan a seguir. Y a Néstor, cuantas más vueltas le daba, más funcional le parecía.
-¿Bueno, Helena, quedamos mañana sobre las doce, no?
-Exacto, Néstor y no te olvides de comprar los aparatos, sobretodo.

martes, 18 de agosto de 2009

Primero conquistaremos Manhattan


Hoy me voy a convertir en terrorista, será mi puesta de largo. No tengo ningún desequilibrio emocional ni enfermedad mental diagnosticada. No me violaron de pequeño, ni me pegaban en el colegio. Diría que he tenido una vida plácida o, si preferís, he sido feliz. No pertenezco a ningún pueblo oprimido, ni mi lengua está en peligro, ni los cuerpos de seguridad han diezmado a mi familia. Es un acto racional. Una reflexión y un profundo análisis de la democracia. Una consecuencia de leer más allá del titular en los periódicos, de tener una actitud crítica ante la realidad. Es la única manera de ser coherente ante la injusticia. Ante la imposibilidad de conocer a las personas que han hecho del mundo una multinacional. En vez de asesino, una opción más higiénica: me convertiré en terrorista. Sólo tengo una incógnita ¿sabré vivir con la conciencia turbia? No lo sé, pero es como el carnet de conducir, si millones de personas se lo han sacado yo también podría. Hay millones de personas con la conciencia turbia.
Nunca he tenido contactos con ningún tipo de delincuencia, así que pensé que los explosivos serían un problema. ¿Habéis oído alguna vez el término DIY, do it your self ? En Estados Unidos está causando furor. Si entráis en Internet encontraréis empresas, legales, que os venderán desde unos helicópteros (tamaño real)) para construir en casa, hasta aviones que pueden superar la velocidad del sonido. Os lo juro. Si escarbáis un poco más, también encontraréis explosivos. De esto último, yo no he encontrado ninguna empresa legal, pero haberlas haylas. Salgo de casa. Cojo la línea dos. Son tres paradas hasta Paseo de Gracia. La bolsa pesa veinticinco kilos. Salgo del metro y activo el i-pod. Enrique Morente cantando una canción de Leonard Cohen: primero conquistaremos Manhattan.


Me condenaron a veinte años de hastío
Por intentar cambiar el sistema desde dentro
ahora vengo a desquitarme.


Subo las escaleras del metro. Tengo miedo. Miedo a cambiar de decisión. A que en el último momento no sea yo el que decida. Que alguien me empuje y que todo deje de tener sentido. Miedo a perder. Pocas cosas he terminado en la vida. No me gustaría que ésta también fuera una de ellas. Nadie me empuja.


primero conquistaremos Manhattan
después conquistaremos Berlin
Me guía una señal en los cielos


Estoy en la calle. Veo el edificio de la Bolsa de Barcelona a cincuenta metros. Cruzo. Respiro hondo. Intento no pensar. Creo en un mundo mejor. Y, si no en un mundo mejor, sí en que sobra mucha gente en éste.

me guía esta marca de mi piel
me guía la belleza en nuestras armas


Entro. Nadie me impide la entrada. Nadie parece mirarme. Voy al lavabo. Dejo la bolsa. No tengo conciencia de realidad. El mundo ha dejado de existir.


primero conquistaremos Manhattan
después conquistaremos Berlin


Un golpe de calor al salir me recuerda que estamos en agosto. Cojo el teléfono. Marco.


Quisiera estar siempre contigo
me gusta tu cuerpo, tu espíritu, tu ropa
pero ¿ves esa fila que avanza en la estación?


Al tercer tono avanzo hacia el metro. La explosión casi me tira al suelo. Sigo andando con una nube de polvo a las espaldas. De repente es de noche. Camino y escucho la canción.

te dije, ya te dije que yo era uno de ellos
Me amaste como perdedor
y te preocupa que pueda vencer
sabes como detenerme
y no me sabes tu comprender
¿Cuántas veces recé para volver a empezar?
Primero, conquistaremos Manhattan
después conquistaremos Berlin

Musica Enrique Morente y Lagartija Nick ( letra Leonard Cohen)

martes, 11 de agosto de 2009

Reunión de pastores, ovejas muertas. Capítulo VI



El incidente con el policía, cómo explicarlo, me depiló el alma. Depilación brasileña of course. Me ha quedado el alma como los muslos de una quinceañera.
Por la noche he podido colarme en la residencia en busca de mi vieja. Hoy será mía. Son las tres de la mañana y estoy dentro de la residencia. Una puerta abierta, un vigilante dormido. No parece que haya cámaras. Miro en la habitación ciento uno, ciento dos, ciento tres, ciento cuatro, ciento cinco, habitación la viejecita los cojones. Entro. Veo cómo su diafragma sube y baja de forma armoniosa, algún ronroneo que otro. Pienso en abrirle la cabeza para ver con qué sueña, ¿sueñan acaso las viejecitas?, pero sólo he traído un cuchillo. Con él empujo la sábana, y me encuentro lo esperado: gallina vieja.
Al oír un ruido tengo el tiempo justo de deslizarme bajo la cama cuando se abre la puerta.
Veo unos zapatos avanzar hacia mí. Yo no me muevo. Sobre los zapatos, unos pantalones que se arrugan y un cinturón que al caer golpea el suelo. Yo sigo sin moverme. En estos momentos soy sólo el observador de un baile que no acabo de descifrar. Los pantalones bajados dejan entrever el tatuaje de una serpiente enroscada a una cruz.
La serpiente desaparece, la cama desciende unos centímetros. ¿Qué quiere este cabrón? Mierda, no puede ser. La cama empieza a crujir a ritmo constante, y la abuela jadea entre sueños.
-Ven con papi, te voy a llenar de leche que a tu edad necesitas calcio.
Y así veinte minutos. En estas situaciones , uno tiende a ser más humano, tiende a sentir empatía. ¿Qué hago? ¿La mato cuando acaben de violarla o le explico cómo abusan de ella mientras duerme sedada? No será fácil hallar la respuesta, no cuando uno tiene conciencia de que la ética es un poliedro e¡ql cual a veces no es fácil de encontrarle la cara buena.

martes, 4 de agosto de 2009

Reunion de pastores, ovejas muertas. Capítulo V

El hijo puta era bueno en su trabajo. Con dos ostias bastó para hacerme sangrar como un cerdo. No podía pegarle, mi falsa identidad dependía de mi autocontrol. Así que no me quedó otra.
-Pero ¿qué haces anormal, no ves cómo sangro? -le grité.
-No me grites o te doy hasta que llores como una mujer.-
-Lo digo porque tengo el Sida y también soy de izquierdas, y no sabría decirle cuál de las dos es más contagiosa, señor agente – una leve sonrisa me iba transformando la cara. Se la estaba metiendo hasta el segundo anillo del recto.
-¡Dios! ¡Dios! -dijo el agente desplomándose de rodillas en el suelo y alzando las manos.
-¡Dios, Patria y Rey! Si al final resultará que es carlista -empezaba a disfrutar de la situación.
-Dios, ¿de qué crees que tengo más posibilidades de contagiarme? - implora el policía
-Sin duda es más agresiva la bacteria del izquierdismo.
-¡Nooooooooooooooooo!, es el final de mi carrera –llora, pero yo me esfuerzo en entender cada palabra, son un dulce alimento.
-Mátame. No quiero vivir así -solloza el policía ofreciéndome su pistola.
-Mejor cierra los ojos, no querrás que que lo último que veas sea un guarro como yo- Dios, cómo estaba disfrutando.
-Gracias, tienes razón- dijo cerrando los ojos.
Disparé a pocos centímetros de la oreja. Con el tiempo se daría cuenta que ni tenía el Sida ni era de izquierdas, pero sí sordo como una tapia

domingo, 2 de agosto de 2009

Bam ! disparo



Una pared blanca. De repente, el blanco se parece a las cartulinas que enseñan los psiquiatras. Hay quien ve una flor y hay quien ve una penetración tan real que tiene una erección. La mancha es roja. En el interruptor se ha clavado una esquirla de cráneo. Una bala sale de la parte posterior de la cabeza. La cabeza se inclina un poco. La bala tarda una milésima de segundo en destrozar el cerebro. Un agujero perfecto, en la parte frontal, sin quemadura de pólvora. Suena un disparo. Hace una tarde soleada.