martes, 18 de agosto de 2009

Primero conquistaremos Manhattan


Hoy me voy a convertir en terrorista, será mi puesta de largo. No tengo ningún desequilibrio emocional ni enfermedad mental diagnosticada. No me violaron de pequeño, ni me pegaban en el colegio. Diría que he tenido una vida plácida o, si preferís, he sido feliz. No pertenezco a ningún pueblo oprimido, ni mi lengua está en peligro, ni los cuerpos de seguridad han diezmado a mi familia. Es un acto racional. Una reflexión y un profundo análisis de la democracia. Una consecuencia de leer más allá del titular en los periódicos, de tener una actitud crítica ante la realidad. Es la única manera de ser coherente ante la injusticia. Ante la imposibilidad de conocer a las personas que han hecho del mundo una multinacional. En vez de asesino, una opción más higiénica: me convertiré en terrorista. Sólo tengo una incógnita ¿sabré vivir con la conciencia turbia? No lo sé, pero es como el carnet de conducir, si millones de personas se lo han sacado yo también podría. Hay millones de personas con la conciencia turbia.
Nunca he tenido contactos con ningún tipo de delincuencia, así que pensé que los explosivos serían un problema. ¿Habéis oído alguna vez el término DIY, do it your self ? En Estados Unidos está causando furor. Si entráis en Internet encontraréis empresas, legales, que os venderán desde unos helicópteros (tamaño real)) para construir en casa, hasta aviones que pueden superar la velocidad del sonido. Os lo juro. Si escarbáis un poco más, también encontraréis explosivos. De esto último, yo no he encontrado ninguna empresa legal, pero haberlas haylas. Salgo de casa. Cojo la línea dos. Son tres paradas hasta Paseo de Gracia. La bolsa pesa veinticinco kilos. Salgo del metro y activo el i-pod. Enrique Morente cantando una canción de Leonard Cohen: primero conquistaremos Manhattan.


Me condenaron a veinte años de hastío
Por intentar cambiar el sistema desde dentro
ahora vengo a desquitarme.


Subo las escaleras del metro. Tengo miedo. Miedo a cambiar de decisión. A que en el último momento no sea yo el que decida. Que alguien me empuje y que todo deje de tener sentido. Miedo a perder. Pocas cosas he terminado en la vida. No me gustaría que ésta también fuera una de ellas. Nadie me empuja.


primero conquistaremos Manhattan
después conquistaremos Berlin
Me guía una señal en los cielos


Estoy en la calle. Veo el edificio de la Bolsa de Barcelona a cincuenta metros. Cruzo. Respiro hondo. Intento no pensar. Creo en un mundo mejor. Y, si no en un mundo mejor, sí en que sobra mucha gente en éste.

me guía esta marca de mi piel
me guía la belleza en nuestras armas


Entro. Nadie me impide la entrada. Nadie parece mirarme. Voy al lavabo. Dejo la bolsa. No tengo conciencia de realidad. El mundo ha dejado de existir.


primero conquistaremos Manhattan
después conquistaremos Berlin


Un golpe de calor al salir me recuerda que estamos en agosto. Cojo el teléfono. Marco.


Quisiera estar siempre contigo
me gusta tu cuerpo, tu espíritu, tu ropa
pero ¿ves esa fila que avanza en la estación?


Al tercer tono avanzo hacia el metro. La explosión casi me tira al suelo. Sigo andando con una nube de polvo a las espaldas. De repente es de noche. Camino y escucho la canción.

te dije, ya te dije que yo era uno de ellos
Me amaste como perdedor
y te preocupa que pueda vencer
sabes como detenerme
y no me sabes tu comprender
¿Cuántas veces recé para volver a empezar?
Primero, conquistaremos Manhattan
después conquistaremos Berlin

Musica Enrique Morente y Lagartija Nick ( letra Leonard Cohen)

5 comentarios:

  1. Soy consciente que últimamente son un poco macabras las historia, pero supongo que ya llegaran de más bonitas.

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  2. Llevo toda la vida odiando a quienes creen poder hacer algo a la manera que tú tan gráficamente has descrito en el artículo.

    Toda una vida leyendo y aprendiendo que ha habido siempre iluminados convencidos de que el mundo mejoraría tras un baño de sangre. Te citaré solo por no aburrir uno de los clásicos.

    No dormiré de nuevo en mi lecho
    ni descansará mi espada en su vaina
    hasta que la paz y la justicia reinen de nuevo
    en la verde y dulce Inglaterra...

    Pues, querido amigo, nada de eso.

    Tu bomba en la Bolsa de Barcelona mataría a una limpiadora que trabajaba en los baños del edificio, dejaría manco al ayudante del adjunto de uno de los agentes de bolsa, cojo al vigilante de seguridad de la entrada, y ciego a un doctorando en Biología Molecular que pasaba en bicicleta por la acera de delante cuando le cayeron encima los cascotes. Ninguna de esas desgracias personales sería relevante para el sistema ni le provocaría daño alguno, y nada cambiaría, NADA, salvo a peor en las vidas personales de los afectados.

    ¿Debo asumir que cada vez que paso por delante de la Bolsa de Barcelona camino de la estación de ferrocarriles de Paseo de Gracia puedo ser objetivo de un iluminado que crea que jodiéndome la vida va a mejorar el mundo?

    Va a ser que no, no lo acepto.

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  3. El personaje no intenta salvar el mundo, ni cambiarlo. Sólo cree que su obligación, a su entender, es hacer terrorista.
    Es sólo un personaje, y sólo un relato.
    La historia esta hecha para provocar, y me parece que ha funcionado.
    Por lo que a mi respecta puedes pasar tranquilamente por paseo de Gracia.
    Un saludo y gracias por pasar por el blog.
    Reitero es simplemente una ficción., pero ya se sabe que a vez la realidad supera la ficción.

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  4. Yo seguiré paseando tranquilamente por el paseo de gracia y si me quedara mas cerca también por manhattan, por muchas películas o libros se hagan.

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  5. No soy un terrorista, yo no soy un criminal, solo soy una persona de a pie, mediocre, como cualquiera vosotros, pero soy consciente de la verdad, de la naturaleza humana y del rumbo que llevamos.
    Yo sí creo que la acción descrita sería protestar contra el sistema. Todas las luchas a lo largo de la historia se han llevado a inocentes a la tumba, pero es solo un mal menor al lado de la causa. El sistema trabaja a una escala y nosotros pensamos a otra escala y así no hay manera de luchar. Debemos pensar a escala del sistema. Él no piensa en individuos, nos trata en masa.
    No hay ninguna manera de hacerle daño si no nos dañamos a nosotros, porque nosotros somos su combustible. Suena paradójico y soy el último que querría estar en la Bolsa de Barcelona en ese preciso momento, aún así soy coherente al expresar mi opinión porque no digo que esté deacuerdo en ese tipo de acciones pero digamos que sí, las comprendo las veo necesarias como acciones si se quiere llegar a un determinado fín.
    El problema de nuestra sociedad es la eliminación de valores, de la dignidad humana, nuestro egoísmo, egocentrismo, la eliminación de nuestro vocabulario de la palabra VALOR con un transfondo heróico.
    Para terminar debo de dejar una aclaración, lamentablemente. No hago apología del terrorismo, y mucho menos de ciertas bandas que azotan nuestro país, que no son bandas terroristas, si no bandas criminales, por supuesto todos sabemos de que banda hablo, solo es una banda de asesinos, nada más. No creo que luchen contra el sistema como lo están haciendo. A estos dejemosles a parte, en el bando de los cobardes.

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