martes, 4 de agosto de 2009

Reunion de pastores, ovejas muertas. Capítulo V

El hijo puta era bueno en su trabajo. Con dos ostias bastó para hacerme sangrar como un cerdo. No podía pegarle, mi falsa identidad dependía de mi autocontrol. Así que no me quedó otra.
-Pero ¿qué haces anormal, no ves cómo sangro? -le grité.
-No me grites o te doy hasta que llores como una mujer.-
-Lo digo porque tengo el Sida y también soy de izquierdas, y no sabría decirle cuál de las dos es más contagiosa, señor agente – una leve sonrisa me iba transformando la cara. Se la estaba metiendo hasta el segundo anillo del recto.
-¡Dios! ¡Dios! -dijo el agente desplomándose de rodillas en el suelo y alzando las manos.
-¡Dios, Patria y Rey! Si al final resultará que es carlista -empezaba a disfrutar de la situación.
-Dios, ¿de qué crees que tengo más posibilidades de contagiarme? - implora el policía
-Sin duda es más agresiva la bacteria del izquierdismo.
-¡Nooooooooooooooooo!, es el final de mi carrera –llora, pero yo me esfuerzo en entender cada palabra, son un dulce alimento.
-Mátame. No quiero vivir así -solloza el policía ofreciéndome su pistola.
-Mejor cierra los ojos, no querrás que que lo último que veas sea un guarro como yo- Dios, cómo estaba disfrutando.
-Gracias, tienes razón- dijo cerrando los ojos.
Disparé a pocos centímetros de la oreja. Con el tiempo se daría cuenta que ni tenía el Sida ni era de izquierdas, pero sí sordo como una tapia

1 comentario:

  1. Jajajajajajja Pero de que muy listo no era no se daría cuenta en la vida, vamos, ni haciendole un esquema xDDDDDD

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